De grandes dimensiones, 172 x 261 cm, este plano, dividido en 36 hojas de papel pegadas sobre tela y delineado en tinta negra y tintas rojas y azul, con aguadas verdes, azules, rosas, marrones y siena es una obra que muestra la gran pericia de los topógrafos, delineantes, pendolistas y dibujantes del siglo XIX. A la vez es un prodigio desde el sentido conceptual de la creación urbana ex- novo. Cerdá que supo trazar el Ensanche de Barcelona ad-infinitum, superponiendo a la llanura inclinada hacia el mar que existe entre las cuencas de los ríos Llobregat y Besós, una nueva ciudad en cuadrícula.