Antoni Tàpies fue uno de los mayores artistas catalanes del siglo XX. Escultor y pintor, fue un gran exponente del informalismo abstracto, atraído toda su vida por disciplinas como la filosofía, la literatura o la música.
El comienzo de su carrera estuvo marcado por una enfermedad la cual hace que se refugie en el dibujo, la pintura, la música y la literatura. Finalmente termina dejando los estudios en Derecho para dedicarse por completo a la pintura. Sus primeras líneas artísticas estuvieron dominadas principalmente por el figurativismo surrealista con grandes influencias de artistas como Joan Miró y Paul Klee. Tras el Salón de Octubre y sus obras presentadas, su obra gira hacia las formas abstractas, y con ello comienza un momento de experimentación, principalmente con la pintura matérica, utilizando materiales como cuerdas, papel o ropa, generando collages y convirtiendo sus obras en algo finito y efímero, como la propia materia. Su paleta principalmente se basaba en colores marrones, beiges, negros, grises, etc, además de contenidos iconográficos bastante alegóricos.
A lo largo de su vida recibió muchos y prestigiosos premios y reconocimientos, al igual que participó en numerosas exposiciones a lo largo del mundo: Roma, Nueva York, Tokio, Madrid, Amsterdam, entre otros.